Burris Cunningham y L.B. Werner, producen la primera cantidad microscópica del elemento químico americio. Esto fue posible mediante el bombardeo de uranio o plutonio con partículas alfa. El americio es un potente emisor de partículas alfa, pero un débil emisor de las partículas gamma, es de utilidad en aplicaciones médicas para estudiar la densidad ósea y realizar diversos diagnósticos. En la industria, es usado para realizar test de aleaciones metálicas, análisis químicos por rayos X, en el análisis del oro, cemento y en la minería. También se usa en estudios meteorológicos para medir la densidad del aire y en estudios hidrogeológicos.