El 16 de abril de 1943, el científico suizo Albert Hofmann, descubre las propiedades psicodélicas de la dietilamida de ácido lisérgico, que es conocida como LSD. Esta es una droga psicodélica semisintética, la cual es obtenida a partir de la ergolina y triptaminas. Esta droga a la cual también se le conoce como ácido, produce efectos alucinógenos en las personas que la consumen, ya sea que tengan los ojos abiertos o cerrados. Otro de los efectos es la sinestesia, percepción distorsionada del tiempo y disolución del ego. Durante 1950 y 1960, fue utilizada como tratamiento psicológico y psiquiátrico, pero el uso extramedicinal, ocasionó que fueran prohibidos todos sus usos, entre estos los medicinales, espirituales y recreativos.
Cuando Hoffman trabajaba con el ácido lisérgico, notó que se sentía de una forma extraña, probablemente sin darse cuenta quedó algo de la sustancia en sus manos, esto produjo que sintiera que estaba en otra realidad, percibía que la habitación había cambiado y los colores también, inclusive sentía que su personalidad también había cambiado. El investigador relató que al cerrar sus ojos comenzó a ver imágenes y fantasías muy bellas. Aun cuando no sabía a qué se debía, indudablemente Hoffman había tenido un viaje, para comprobarlo, decidió tomar una dosis mínima de 0,05 miligramos, la cual resultó ser demasiada alta y el investigador se sintió muy mal.